Considerada por Forbes como la quinta mujer con más poder en el mundo del deporte en 2018, la directora general del Chelsea se graduó con honores en Moscú y Roman Abramovich la reclutó para su empresa de hidrocarburos Sibneft.
En 2003, el magnate ruso puso rumbo a Stamford Bridge de la mano de su pupila. Aunque hasta 2014 no se hizo cargo de la dirección general del club, Marina Granovskaia tuvo gran peso en las decisiones 'blues' desde su llegada a Londres.
Artífice de las llegadas de delanteros como Fernando Torres o Diego Costa, la dirigente rusa también es la encargada de negociar las salidas y es conocida por su dureza a la hora de negociar, como ya pudo comprobar el Madrid con Thibaut Courtois.
"Que Marina sea dura en las negociaciones es normal. Las personas que en el fútbol hablan de contratos, salarios, transferencias, etc. que consiguen jugadores y los venden tienen el trabajo más difícil", reconoció el guardameta belga tras completar su operación.
Meses después, el Real Madrid vuelve a toparse con Marina Granovskaia para negociar por Hazard. Aunque el acuerdo parece prácticamente cerrado, la dirigente del Chelsea apretará para aumentar todo lo que pueda los 100 millones de euros en los que rondará el traspaso.