Saltaron los 'Red Devils' al césped del Greenhous Meadow, con un once sin sitio para la improvisación. Van Gaal quería un victoria por la vía rápida, y no escatimó a la hora de cargar de pólvora su delantera. Y éstos cumplieron.
Aunque el primer tanto fue de un defensa, y se hizo de rogar. Corría el minuto 37 de la primera mitad cuando Smalling 'cazó' un centro al área de Schneiderlin tras un fallido córner. Su fuerte disparo entró inalcanzable para Leutwiler, el héroe local que evitó que la goleada alcanzara tintes grotescos.
Hasta entonces, el Manchester United fue pasando del control a la desesperación. Se veían, se sentían muy superiores al rival, pero eran incapaces de marcar.
Una vez se abrió la cuenta goleadora, el segundo no tardó en caer. Una falta en la frontal a Martial la convirtió Mata, no sin polémica: cuando chutó, hasta tres compañeros estaban en fuera de juego, entorpeciendo la visión de Leutwiler, que nada pudo hacer para detener el disparo.
Lingard, ya en la segunda mitad, anotó el tercer tanto, redondeando la goleada. Sin embargo, cuando se avecinaba una lluvia de goles, el aluvión se detuvo en seco.
Keane, que había entrado en el minuto 70, se lesionó ocho minutos más tarde al disparar a puerta un balón que se estrelló en el poste derecho de Leutwiler. Y Van Gaal ya había hecho todos los cambios, por lo que el Manchester United se vio obligado a jugar con 10 efectivos.
El Shrewsbury olió la sangre, y se lanzó al ataque. Quedaban diez minutos para al menos marcar el de la honra. Pero aunque tuvieron hasta tres ocasiones muy claras, no hubo modo de batir a Romero, y no precisamente por el acierto de éste.
Resistió el envite final el Manchester United, pero permitió que su rival se creciese y diese una buena imagen ante su público. Se medirán al West Ham United en los cuartos de final de la FA Cup, en dos semanas.