Parecía una salida fácil para los 'red devils'. Llevaban seis puntos de seis posibles y su rival, cero de seis. ¿Qué podía salir mal? Todo. Un terrible primer tiempo, maquillado solo por el gol de Martial, condenó a los de Solskjaer a sufrir su primera derrota en esta Champions.
Revés para las aspiraciones del Manchester United, que ve como el grupo en el que está encuadrado también con PSG y RB Leipzig se aprieta. Pecó de exceso de confianza el cuadro inglés y lo pagó.
Saltó al Fatih Terim de Estambul con un once con algunas rotaciones, como De Gea y Pogba, ambos suplentes, pero claramente pensando en el duelo de Premier ante el Everton de este fin de semana.
Solo así se explican los fallos de concentración que sufrieron los de Solskjaer durante la primera mitad. Dos, en concreto, con los que el Istanbul Basaksehir castigó a su ingenuo rival.
Tardó apenas 13 minutos el conjunto turco en inaugurar el marcador. Desde el primer instante los ingleses llevaron la iniciativa, como era de esperar, y se fueron arriba.
Demasiado arriba. En el citado minuto 13, de infame recuerdo para los 'red devils', un balón sin aparente peligro fue pateado hacia el cielo de Estambul. Parecía que no tendría peligro, pero no. Porque ahí estaba el veterano Demba Ba para cazarlo.
Salió corriendo a unos 10 metros de la línea divisoria, en su campo. Y llegó hasta la frontal del área sin que nadie le diera caza. Y no porque esprintara como en sus buenos tiempos, que desde luego no fue así.
Lo logró porque al comenzar la jugada ya sacaba los menos 20 metros a los centrales rivales. Se habían olvidado de él y ni Tuazembe ni Maguire, ni tampoco Matic, llegaron a darle caza.
Error garrafal de la defensa visitante y buena definición del senegalés ante Henderson, titular en detrimento de De Gea, para poner por delante al Istanbul Basaksehir en el marcador.
Pero las desgracias nunca vienen solas, y en el 40', luego de que el United digiriera el revés y se recompusiera y volviera al ataque, otro error. Este, de Mata, a quien se le fue un control fácil para propiciar el contragolpe del rival.
Contra que acabó con un centro de Turuç que Demba Ba dejó pasar, para desconcierto de todos, y que Visca, quien llegaba completamente solo por la banda derecha, remató, fusilando a Henderson.
Parecía el United tocado y hundido, pero entonces apareció Shaw, muy activo por la banda izquierda, para poner un buen centro a Martial que el francés, también muy solo (hoy nadie parecía por la labor de cubrir a nadie en los goles), cabeceó perfectamente, marcando los tiempos y alejando el balón de la estirada de Gunok.
Así se fue el partido al descanso, con un gol que devolvió a la vida al United, y que hizo que los 'red devils' salieran al segundo tiempo con energías renovadas, y con el objetivo de tumbar a su rival.
Pero el Istanbul Basaksehir aguantó. Como aguantó Costantinopla casi cien años de embestidas turcas, con la diferencia de que en esta ocasión las murallas se mantuvieron en pie.
Se estrelló el Manchester United una y otra vez contra el doble muro de color naranja que el Istanbul Basaksehir plantó en las inmediaciones de su área, una doble línea defensiva cuyo objetivo era claro: defender, aguantar, no hacer penalti y alejar el balón lo más lejos posible cuando caía a sus pies.
La receta funcionó, pero claro, con Demba Ba agotado y pidiendo el cambio a partir del 60', el United redobló esfuerzos ofensivos, pues era improbable que el veterano delantero volviera a sembrar el caos a la contra.
La cosa cambió cuando entró Guldbrandsen por él, y el club estambulita dispuso de un nuevo ariete fresco, dispuesto a dar guerra. Y vaya si lo hizo. Tardó poco en dar el primer aviso, y el United en reaccionar en consecuencia.
No volverían a subir a la vez Matic y Maguire, los centrales del segundo tiempo (Tuanzebe fue sentado al descanso, señalado tras un gris primer tiempo en el que se jugó la roja con un agarrón siendo el último hombre). Un tercer tanto hubiera sido el fin.
Pero como sus compatriotas en Gallipolli hace más de un siglo, los ingleses se estrellaron contra las líneas turcas, aunque por fortuna este asedio no fue la carnicería inmisericorde de la guerra de trincheras. Las únicas víctimas, el Manchester United y su orgullo.
Sobrevivió el Basaksehir, no sin sufrir, a un segundo tiempo en el que apenas tuvo el balón. Sobrevivió, casi literalmente, porque a punto estuvo de conceder el empate con una acción de esas rocambolescas, con un mal despeje en el añadido del recién entrado Topal, que Epureanu sacó bajo palos.
Ahí estuvo el empate, pero no. Se vuelve el Manchester United a Inglaterra cabizbajo, lamentándose por no haberse tomado en serio el partido, por no haber respetado a su rival. Porque el Basaksehir, pese a llevar 0 puntos hasta este partido, había hecho méritos para sumar ante PSG y RB Leipzig.
Ahora el grupo queda algo más apretado, a expensas de lo que hagan franceses y alemanes en el otro encuentro del mismo. Y a los 'red devils' solo les queda confiar en que el patinazo de este miércoles sirva para que al menos en la Premier el rumbo se enderece.