Young, Martial y Lukaku ocuparon los sitios Darmian, Alexis Sánchez y Rashford en la segunda cita de la Premier League. El Manchester United empezó con buen pie esta temporada al ganar 2-1 al Leicester, pero el Brighton ha sido la primera piedra en el camino de los 'red devils'.
El diablo rojo pasó a ser un ángel porque la maldad la puso el Brighton con inicio eléctrico que dejó sus primeros frutos antes de la media hora de partido. El equipo de Mourinho salió más dormido que despierto y lo que acabó pagando con errores imperdonables como el de Lukaku.
El belga falló uno de esos goles que luego pasan factura cuando mandó el balón al lateral del poste izquierdo de Ryan en la elección más complicada de remate. Ahí fue cuando el Brighton sacó las alas, los cuernos y los colmillos, cansándose de llegar a la portería de De Gea sin premio.
Con una jugada y un remate de lo más estético, el equipo de Chris Hughton le clavó el primer dardo ardiendo al United. Pase de De Bong a March y este encontró a Murray en el primer palo, que se adelantó a Lindelof en un movimiento de puro delantero y con un toque sutil con la puntera de la bota petrificó a De Gea.
Pero en esto del fútbol, y más en la Premier League, un despiste te noquea. Tras un saque de esquina, a Duffy le llegó la fortuna al recibir el balón tras un remate fallido, teniendo que batir al portero del United con un simple disparo buscando uno de los huecos que se abrieron en un córner mortal.
Con la misma suerte recortó distancias un errático Lukaku con un remate de cabezazo tras encontrarse con un rechace, pero el United se volvería a quemar antes del descanso con el tercero del Brighton. Bailly cometió el error de de derribar a Gross en el interior del área y él mismo se encargó de engañar a De Gea.
La segunda parte fue más un mero trámite comparado con la locura que se vivió en los primeros 45 minutos. Mourinho agotó los cambios dando entrada a Lingard, Rashford y Fellaini, no siendo determinantes. El Brighton siguió siendo un muro imposible de derribar y que se hacía más fuerte conforme se acercaba su primera victoria en esta Premier.
La reacción llegó demasiado tarde con un gol de Pogba desde el punto de penalti en el tiempo de añadido, haciendo que el francés se ilusionara con un empate que no llegó y que dejó a Mourinho con su primer 'K.O' de la temporada. Esta vez, el diablo rojo no fue el United.