Un solitario gol de Martin Odegaard a la media hora de partido le ha bastado al Arsenal para llevarse los tres puntos de Turf Moor. Se mantienen los 'gunners' en la senda de la victoria, y Mikel Arteta respira.
Volvió del parón el Arsenal con la obligación de remontar su lamentable arranque liguero, y parece que lo está logrando. Sin grandes alardes y con dos victorias por 1-0, el Arsenal ha puesto tierra de por medio con el descenso.
Visitó el Arsenal la cancha del Burney con la obligación de ganar, y de paso meter en apuros a su rival, que llegaba a esta quinta jornada con un único punto en su casillero.
Alineó Arteta a lo más parecido a un once de gala que tiene, y la jugada le salió bien. No redonda, no fue un partido perfecto, pero le salió bien.
Le bastó que Martin Odegaard tuviera inspiración en un libre directo que fue un cúmulo de despropósitos en el rival para anotar el único gol del partido.
El noruego pateó la falta, señalada en la corona del área, por encima de una numerosísima barrera que no saltó. Pope tampoco cubrió ese palo y el balón entró en su portería.
Aguantó el Arsenal su ventaja el resto del encuentro, ante un Burnley que lo intentó por activa y por pasiva. Hasta en 17 ocasiones chutaron los pupilos de Sean Dyche, pero solo tres de esos tiros fueron a puerta.
Se aleja el Arsenal de los puestos de descenso, donde llegó a caer tras encadenar derrotas en las tres primeras jornadas. Sigue peleado con el gol el equipo de Arteta, pero el 'unocerismo' también gana partidos.