Valladolid amaneció el pasado lunes bajo cero. La mañana, fría y desapacible como pocas, no impidió que los operarios se presentaran en la parcela asignada por el Ayuntamiento para albergar la futura ciudad deportiva del Pucela.
Se vio llegar a las primeras piezas de maquinaria pesada, y se empezaron a hacer las primeras pruebas y mediciones. Porque el terreno, prácticamente vírgen, ha de ser estudiado a fondo para conocer su calidad de cara a las edificación de estructuras.
Queda un mundo, está claro, pero por algo se empieza. Por el momento, solo es seguro que se ubicará en esa parcela vacía en el denominado Pinar de Jalón, entre la avenida de Zamora y las calles del Kilimanjaro y el Aneto.
En cuanto los operarios e ingenieros den el visto bueno al terreno, se podrá iniciar la siguiente fase, la de diseño y preparación del mismo, con sus accesos, situación de edificios y campos y un larguísimo etcétera.