El Real Valladolid derrotó el Espanyol de David Gallego y dejó al técnico espanyolista muy tocado después de un nuevo fiasco en su feudo.
Los 'pericos' aún no han sacado ni un punto en su estadio en lo que va de temporada y se han convertido en el peor local de esta temporada 2019-20, lo que es más que probable que le acabe costando el puesto a la cabeza visible del nuevo proyecto.
Al Valladolid de Sergio, que volvía a la que fue su casa, le bastó con muy poco para llevarse los puntos. Fue como siempre un equipo ordenado atrás y aprovechó un despiste defensivo de los locales para hacer su primer tanto.
Eso sí, el Espanyol, casi por obligación después de su flojo desempeño en el inicio liguero, fue el que llevó el mando desde el inicio. Calleri siempre fue un incordio para los pucelanos y estuvo a punto de hacer el 1-0 en un remate al palo tras una buena llegada de Javi López.
Rápido, como ante el Granada, entre Sandro y Toni Villa se encargaron de despertar al Valladolid. Especialmente el canterano, que fue un puñal por la banda izquierda hasta que le duró la gasolina.
Una buena combinación entre ambos la salvó Diego López, pero en el córner posterior iba a llegar el 0-1 que marcó el partido. No lo hizo en primera instancia por un nuevo paradón de Diego López a Kiko Olivas, pero sí en el penalti evitable que Víctor Sánchez cometió sobre Óscar Plano.
Míchel no perdonó y volvió a instalar un clima de nerviosismo que es casi permanente en lo que va de campaña en Cornellà. Del gol al descanso solo pudo llegar otro tanto y hubiera sido blanquivioleta, pues de nuevo el meta gallego evitó lo inevitable tras una gran maniobra de Sandro.
Como suele suceder siempre que se pone por delante, el Valladolid se echó atrás con el 0-1 después del paso por vestuarios. Nada más volver del descanso, Pedrosa y Darder se quedaron a un pelo del 1-1 y Masip salvó la mejor ocasión 'perica' tras una buena acción individual de Calleri a media hora del final.
Quedaba mucho y al Valladolid le flaqueaban las fuerzas, pero entonces recibió una ayuda involuntaria de un antiguo soldado. Sergi Guardiola le robó la cartera a Calero y el defensa le agarró para evitar el tanto y era expulsado por ser el último hombre.
El Espanyol ya no reaccionó de ahí al final y fue el Valladolid el que pudo aumentar la cuenta con un gol anulado a Joaquín y con el que sí subió al marcador, el remate de Óscar Plano en la última jugada del partido con el que el Pucela mató el choque y quizás también a David Gallego.