El VAR salva al Alavés y pone a prueba la amistad de Luis García y Romo

El Racing de Santander y el Deportivo Alavés se enfrentaban en el 'Clásico del Norte' con el objetivo de sumar tres puntos vitales para mantener sus aspiraciones muy vivas. Sin embargo, el protagonista del choque fue el colegiado Moreno Aragón.
El partido comenzó con un ritmo muy alto desde el principio. De hecho, Miguel De La Fuente tuve la primera clara ocasión en el primer minuto del choque. El punta vallisoletano no consiguió un remate certero tras un gran centro de Arroyo.
El dominio 'babazorro' era notorio, tanto en posesión como en sensaciones durante el arranque del encuentro. En el miuto 13 volvió a perdonar el conjunto vasco tras otro envío lateral, esta vez de Alkain, que no supo aprovechar Javi López.
Las cosas del fútbol, que es tan bonito como impredecible, provocó que el equipo que asestara el primer golpe en forma de gol fuera el Racing de Santander. Los cántabros estuvieron sufriendo el gran arranque del cuadro vitoriano.
Arturo Molina, habilidoso extremo izquierdo, se iba a estrenar a lo grande en el fútbol profesional. En el minuto 23, el atacante murciano enganchó una volea soberbia para adelantar al equipo de Guillermo Fernández Romo.
A partir de ahí, un Alavés noqueado intentaba dar un paso hacia adelante en busca del empate antes del descanso. Y lo consiguió. Miguel cazó un disparo blando y de espuela cambió la trayectoria del balón para poner el definitivo uno a uno.
La jugada dejó serias dudas si fue pizarra de Luis García Plaza o una carambola que acabó convirtiéndose en uno de los goles de la jornada intersemanal. Sin mucha más novedad, ambos conjuntos se marcharon al vestuarios para desequilibrar la balanza en los segundos 45 minutos.
La segunda parte comenzó muy movida y todo lo contrario que la primera, ya que el Racing fue el equipo que no especuló y fue a por el rivas desde que el colegiado dio el pistoletazo de salida a la reanudación.
El auténtico descontento de los cántabros y su afición con el árbitro Moreno Aragón comenzó en el minuto 55, cuando el colegiado, a instancia del VAR, anuló el tanto de Satrústegui a la salida de un córner por una falta en el área.
Desde ese momento hasta el minuto 80, el choque iba a sufrir una fase de interrupciones, tensión innecesaria y la triste sensación de que al árbitro se le estaba escapando el partido de las manos.
En los diez últimos minutos del duelo llegó la traca final. En el mismo minuto 80, Arturo Molina, que aún no había marcado en el fútbol profesional, iba a hacer su doblete particular tras una asistencia de mucha calidad del recién ingresado en el césped Víctor Camus.
Sin embargo, una vez más, el VAR mandó a revisar la acción a Moreno Aragón y el colegiado acabó invalidando el gol por mano en el control del jugador murciano.
El Sardinero se convirtió en una olla a presión y el ambiente de crispación entre los jugadores era insoportable. Se podía cortar la tensión con un cuchillo.
Por ello, no fue extraño que Alkain, en un arrebato de frustración, fuera expulsado tras agredir a un futbolista racinguista. El encuentro finalizó de la manera más surrealista, tras un remate de chilena de Aldasoro y una parada antológica de Sivera.
Al final, Racing y Alavés sellaron tablas en un choque de alta tensión que puso a prueba la reconocida amistad de Luis García Plaza y Guillermo Fernández Romo. Los dos técnicos que compartieron pupitre pudieron perder esta estrecha relación en un partido de alta tensión.