Cuando eres el Villarreal y tu única preocupación tras ganarle al Bayern de Múnich es que el resultado es corto, eso quiere decir que has hecho las cosas muy bien. Y lo del 'submarino amarillo', vigente campeón de la Europa League y 'matatitanes', es ya un escándalo. Fue mejor que el campeón de Alemania y las semis están un paso más cerca.
Lo de este miércoles en La Cerámica es una lección por parte de un equipo mediano de cómo jugarle a un gigante con aires de Goliat llamado Bayern. Una lección que podría aprender el Atlético de Madrid después de la visita al Etihad Stadium, donde no disparó ni una vez. Al Villarreal, de hecho, le supo a poco el 1-0.
Porque sí, el resultado es enorme y las sensaciones, mejores todavía. Es un submarino que entiende lo terrenal y que atropelló por completo al equipo de Nagelsmann, absolutamente desubicado y perdido por momentos en Castellón. No obstante, el objetivo no es otro que alcanzar las semifinales, por lo que deberá viajar a Múnich, al Allianz Arena, con la misma mentalidad.
Magia y funcionalidad en el centro del campo
Desde el comienzo del partido se notaba que el Villarreal tenía las ideas mucho más claras. Emery apostó por reforzar el centro del campo, con Capoue, Parejo, Coquelin y un brillante Lo Celso que estuvo en todas partes. El balón fue para el Bayern, aunque los amarillos no lo necesitaban en exceso para crearle muchos apuros a su rival.
Pero, claro, con el marcador a favor todo se ve mejor. Y en ese sentido, la fortuna sonrió al Villarreal en el minuto 8, cuando Parejo probó un disparo de primeras en la frontal y Danjuma, más listo que nadie, se coló entre los defensas del Bayern para meter la puntera y adelantar a su equipo. A partir de ahí, un nuevo partido se abría para ambos conjuntos, y Goliat debía responder.
Lo cierto es que los locales siempre tuvieron un punto más de intensidad y saber estar. Tras la derrota contra el Levante dejaba dudas el equipo, ¿cuál nos íbamos a encontrar? Sin embargo, supo correr, presionar y meter en un aprieto al Bayern para robar en posiciones de peligro y crear buenas oportunidades con la velocidad de los carrileros.
Mención especial para Parejo y Capoue. El primero fue el cerebro del equipo para sacar el balón jugado y poner esa calma necesaria en momentos clave. El segundo activó el 'modo pulpo' y robó todo lo que llegaba por su zona del campo. Una dupla que es un auténtico espectáculo. Y arriba, la zurda y la calidad de don Gerard Moreno.
Entre lo igualado del partido, en el minuto 40, unos centímetros decidieron que el segundo tanto del Villarreal era fuera de juego. Estaba adelantado Coquelin antes de recibir y poner ese centro envenenado que Neuer no acertó a despejar. Hubiera allanado mucho el camino, pero no se derrumbó el Villarreal. No lo hizo en ningún momento de los 90 minutos.
La pizca de gol de Gerard
Tras el descanso, parecía que el Bayern quería meter una marcha más y Müller tuvo el empate en boca de gol, pero la respuesta del Villarreal fue inmediata con un zurdazo de Gerard a la base del poste. Le faltó una pizca al internacional español para anotar, pues luego Alphonso Davies, novedad en el once alemán tras superar su problema de corazón, sacó casi bajo palos un remate suyo.
Neuer estuvo a punto de cometer uno de los errores más graves de esta Champions con un mal despeje en el centro del campo. El mismo recuperó el balón y se le marchó el chut de primeras fuera por centímetros. El Villarreal tenía desquiciado al Bayern y solo le faltó darle la estocada con el 2-0. Solo los cambios de Nagelsmann alegraron un poco al conjunto bávaro.
Y sorprendente lo de Pedraza, que salió en la segunda parte, aportó muchísimo trabajo en la izquierda... y gozó de hasta dos clarísimas oportunidades en el área para firmar el segundo tanto del Villarreal, que estaba matando a contras a su rival. El fútbol control del Bayern no funcionó, aunque Pau evitó que un tiro de Coman se convirtiera en el empate cerca del final.
Desconectado del encuentro, el cuadro muniqués parecía pedir a gritos el final mientras el 'submarino amarillo' continuaba dejando en evidencia su defensa pillándole la espalda continuamente. No se quedaba el Bayern sin marcar en Champions desde el 19 de febrero de 2019. 31 partidos después, el Villarreal le ha bajado al suelo de los terrenales con una oda al fútbol.