Quiso ganar el Villarreal más que el Valencia. Firmó un partido redondo el equipo castellonense, corriendo cuando debía correr, controlando el juego cuando así lo exigía el duelo. Dos golazos, a cada cual mejor, en el primer tiempo le dieron renta suficiente para poder incluso relajarse al final.
Sigue sin carburar el Valencia a domicilio. Los de Celades se apagan lejos de Mestalla, desdibujándose como equipo. Y eso que este partido no lo comenzaron mal, pero no tardaron en ser sometidos por su rival.
Porque se volvió a ver a un Valencia falto de ideas, denso, lento en la circulación. Tenía tan poco tiempo el balón que cuando atacaba, no arriesgaba por no perderlo. De ese modo, sus jugadas resultaban previsibles para un Villarreal que jugó casi a placer durante gran parte del encuentro.
Ayudó a eso el ir ganando desde el minuto 14. Gerard Moreno asistió para que Paco Alcácer firmase el primer golazo de la tarde, un voleón imparable al que no llegó Cillessen, y que celebró de forma comedida por respeto a su ex equipo.
El gol no hizo despertar al Valencia, y tampoco el remate al poste de Gerard Moreno en el 21', tras un saque de esquina al segundo palo. Allí lo cabeceó, bombeado, de vuelta al primer palo, superando a Cillessen, pero topándose con el poste. En el caos posterior, nadie pudo rematar ese balón que parecía tener vida.
No estaba siendo el partido del Valencia, pues de nuevo volvía a ir por detrás del marcador, y haciendo un juego que invitaba poco al optimismo. Para colmo, en los últimos compases del primer tiempo se lesionó Gayà.
Y peor aún, en el 44', cuando el Valencia ya atisbaba el descanso, el Villarreal duplicó su renta. Acababa de salvar Cillessen al Valencia de encajar el segundo, un remate de Albiol a quemarropa tras una falta lateral de Guillamón, y en la siguiente jugada, apareció Cazorla.
Se había quedado colgado en el ataque el menudo futbolista asturiano. Recibió un balón largo en posición legal, lo amortiguó con el interior del pie y a la vez se lo regaló a Gerard Moreno. Este venía en carrera y reventó la pelota, haciendo el 2-0.
El gol terminó de hundir al Valencia, que agradeció que llegase el descanso aún más que antes, porque en el alargue el Villarreal podría haber aumentado aún más su ventaja.
Saltó el Valencia al segundo tiempo con ánimos renovados. Empezó a presionar más, más arriba y con más intensidad, pero no sorprendió al Villarreal. Aguantó ese arreón el equipo de Calleja y volvió a hacer de las suyas a su rival.
Contrarrestó ese ímpetu con largas posesiones, agotando, física y mentalmente, al Valencia. No encontró Celades la solución a sus problemas con los cambios, y solo la introducción de Kang-in Lee, ausente desde su expulsión en Valdebebas, animó el juego del Valencia.
El surcoreano fue el único que aportó algo diferente, pero no fue suficiente. Porque el Valencia no fue capaz de inquietar a Asenjo más que en contadas ocasiones.
Supo administrar su ventaja el Villarreal, que con este triunfo se pone de forma momentánea en quinta posición, y ya tiene a tres puntos la Champions. El Valencia, por su parte, se queda en 46, y empieza a ver el jugar la Europa League como el premio a una temporada que está tornándose en pesadilla.