Arrancó el Villarreal con personalidad, queriendo asumir el protagonismo desde el inicio para cerrar una eliminatoria que encarriló en Lisboa. Sin embargo, la falta de puntería fue frenando el ímpetu local.
Merced al paso de los minutos, el Sporting de Portugal fue meciendo la voracidad inicial de un conjunto amarillo abanderado por un Gerard Moreno ávido de reivindicación para lograr el pasaporte para octavos.
Ni siquiera un gol anulado al '7' local despertó a los verdiblancos, que parecían confiar en llegar vivos a la recta final del encuentro para pelear la eliminatoria, dejando pasar los minutos sin hoja de ruta.
Capricho del destino, un grosero error defensivo de Funes Mori adelantó los acontecimientos. Bruno Fernandes robó en el centro del campo y corrió en solitario para plantarse ante Andrés Fernández y batirle.
El gol psicológico hizo mella en el Villarreal, que volvió al campo henchido de confianza y, minutos después, logró la superioridad numérica por la expulsión de Jefferson, que le propinó un pisotón a Miguelón y se llevó la segunda amarilla.
El cambio de guion motivó el carrusel de sustituciones amarillas, en aras de explotar las miserias defensivas de los lisboetas. Con Cazorla sobre el tapete, el Villarreal mejoró y encontró el gol tras un asesio sostenido.
El asturiano filtró al Toko Ekambi en el costado izquierdo para que sirviese en bandeja el tanto a Fornals, que fusiló al Sporting de Portugal y le envió a la lona. El empate terminó de desnudar a los visitantes, hundidos desde la expulsión.
Aunque algunos fantasmas sobrevolaron La Cerámica en los últimos minutos, el Villarreal logró el billete para octavos de final de la Europa League, un bálón de oxígeno para un equipo que no termina de carburar en Liga.