Gareth Bale adelantó al Real Madrid en Kiev con una chilena que levantó a todos de sus asientos. Final de Champions, empate en el marcador y acabas de entrar al campo. Y pum, la primera en la frente. Pocos ingredientes faltan para ser el plato deseado por todo futbolista.
El 2-1 enloqueció a los 'merengues' que, en apenas segundos, recibieron colectivamente una misma imagen en sus retinas. Cristiano y su celebrérrima chilena en Turín, tan buscada como celebrada, entraron en escena. Y, claro, muchos se preguntan: ¿cuál es mejor?
En el contexto, la del galés parece tomar la delantera. No hay que restar méritos a la del luso, ya que supuso un duro varapalo para la Juve, en su casa, en los cuartos de final de la Champions.
Pero una final tiene poca comparación. Y aún más en la situación en la que se encontraba el encuentro. Además, lo primero que hizo Bale tras salir desde el banquillo fue romper el 1-1... ¡Y de qué manera!
En lo estrictamente estético, la de Cristiano tendría el '1'. El gesto técnico fue, sencillamente, perfecto. Amago con una pierna, situación ideal del cuerpo y remate impecable con la otra. En cambio, el '11' no fue tan estricto en los movimientos, aunque la efectividad fue la misma. A partir de aquí, los gustos serán los jueces...