Kochenkov ha tenido inicio de partidos mejores. Seguro. Lo raro sería encontrar alguno peor. El portero del Rostov encajó dos goles en solo seis minutos, pero el primero nunca debería haber sucedido en condiciones normales.
El meta visitante quiso controlar un balón con el exterior fuera del área tras la cesión de un compañero. Pero la bola salió rebotada y allí estaba Kamano, caña en mano como buen 'killer' que se precie.
El delantero del Lokomotiv solo tuvo que recoger el regalo y marcar a puerta vacía para poner a los suyos por delante. Y solo habían pasado cuatro minutos desde el pitido inicial.
La pesadilla de Kochenkov se agravó solo dos minutos más tarde, con el tanto de Zhemaletdinov que ponía aún más complicado el encuentro para los de Karpin.