A Chicharito Hernández no le sentó nada bien ser sustituido en los últimos minutos del partido ante el CSKA de Moscú. Su equipo empataba y necesitaba otro gol para acercar la clasificación y el mexicano no entendió el cambio.
Se marchó del campo con cara de pocos amigos, visiblemente enfadado y directamente a los vestuarios, sin saludar a compañeros y a nadie del cuerpo técnico.
La temporada del delantero está siendo para olvidar en Leverkusen. Sumó un partido más sin marcar y empieza a rumorearse sobre una posible salida en enero.