En invierno, el Chelsea pagó los 121 millones de euros de la cláusula de Enzo Fernández para importar su talento procedente del Benfica. De momento, tan solo suma 23 partidos con la camiseta 'blue'. Quizás es pronto para lanzar cábalas sobre lo importante que puede ser, a largo plazo, en Stamford Bridge. De hecho, levantó alguna que otra crítica la temporada pasada hasta de su ex entrenador Graham Potter, pero su arranque del curso 23-24 no deja lugar a dudas.
En el primer encuentro de la campaña, ya bajo los mandos de Mauricio Pochettino, los londinenses se vieron las caras con el Liverpool. El argentino tomó las riendas del centro del campo junto a Conor Gallagher, destinado a la posición del pivote y superado en ciertos tramos, sobre todo durante la primera mitad, antes de una mejora en la segunda que le hizo ganarse los aplausos del respetable. Los aficionados, eso sí, se mostraron más prendados aún de su capitán, Ben Chilwell, por sus esfuerzos en el carril izquierdo.
Otro objetivo de los focos fue el ex de la Liga Portuguesa, que se mostró a su mejor nivel. Diestro en los pases al primer toque, una de sus especialidades, inteligente en la construcción de la posesión e incluso atinado en labores defensivas -se le pudo ver robándole la pelota a su compatriota Alexis Mac Allister en tres cuartos de campo-, ha sentado la base perfecta para un año deportivo que puede ser el mejor de su carrera.
Tiene el talento y los mimbres para lograrlo. Esta temporada, su técnico hará de él uno de los rostros más reconocibles de este Chelsea, que, en la visita de los 'reds', se mostró proclive tanto a salir de atrás con calma como a proponer cambios de ritmo que descolocaron a la defensa de Jürgen Klopp. El estratega alemán tan solo consiguió instalar una mejora en los compases finales, con la entrada de los jóvenes Harvey Elliott y Ben Doak y los progresos de Darwin Núñez. que se creció cuando los zagueros azules estaban más cansados.
Los momentos de más brillo para los anfitriones, eso sí, nacieron de combinaciones rápidas para alcanzar la meta de Alisson que siempre pasaban por Enzo Fernández. Cuando no era posible avanzar por sí mismo, encontraba al compañero mejor posicionado y, si se quedaba sin espacios, dibujaba controles de balón y pisadas que desarbolaban a sus marcadores y le concedían unos metros claves para rumiar las posesiones 'blues'.
En los ataques que pedían asociaciones más veloces, también se supo acertado. De hecho, estuvo a punto de dar una asistencia cuando, al recibir el cuero raso desde la derecha en la frontal, contactó de primeras hacia el otro costado aprovechando que la línea de atrás del Liverpool estaba volcada hacia el origen del envío y había dejado desprotegido el contrario, por donde emergió Chilwell para recibir el pase. Alisson Becker, eso sí, respondió con una mano prodigiosa.
La exhibición de uno de los hombres en los que basará su pizarra Mauricio Pochettino le hizo salir ganador de su duelo personal con Mac Allister, con quien dará muchas alegrías a la Selección Argentina. Además, con el fichaje de Moisés Caicedo, que ha sido fiel a la misma política que llevó al latinoamericano a Londres -inversión mareante, de más de 100 millones, y contrato hasta más allá de 2030-, lo más probabe es que potencie sus mejores lindezas.
August 15, 2023