Ernesto Valverde recuperó la sonrisa en el banquillo del Athletic. El técnico vasco volvió a la que siempre fue su casa. Después de dos años estancado tras haber entrenado al Barcelona, regresó a San Mamés.
"Es un club que a cualquiera le gustaría entrenar. Una de las fortalezas que tiene es hacer que todo el mundo se sienta partícipe de una idea, sentirse dentro de algo que es especial", dijo en una entrevista para 'ESPN'.
"Todo el mundo está empujando en el mismo sentido. Existe un grado de conexión interna dentro del equipo y entre todos los estamentos del club que se nota", añadió el técnico del conjunto bilbaíno.
"Lo que no hay es espacio para dejar de soñar", concluyó. Y es que la tercera etapa del 'txingurri' no pudo comenzar de mejor manera. El cuadro vizcaíno se marchó al parón mundialista en puestos de Champions League, ocupando la cuarta posición.