El Barcelona buscará dejar prácticamente encarrilado el pase a los octavos de final de la Champions League ante el Slavia de Praga este martes.
Si los azulgranas se imponen al equipo centroeuropeo y Borussia o Inter ganan el otro partido, el Barça estará a un único punto de volver a estar entre los 16 mejores equipos de Europa.
Para el choque, Valverde volverá a contar con Ousmane Dembélé, a quien explicó que dio descanso contra el Levante de cara a la competición europea. Un lujo que terminó por demostrarse capital, pues el equipo cayó de manera estrepitosa en Valencia y se quedó sin soluciones ofensivas tras la lesión de Luis Suárez.
De vuelta a la Champions, el galo volverá a ser protagonista. En el Barcelona esperan mucho de él, pero su fútbol no termina de encontrar regularidad. Pasa de las exhibiciones a la frustración.
Con todo, su mejor actitud y adaptación en este comienzo de la 2019-20, en la que el núcleo francés ha crecido y se ha hecho fuerte, invita a pensar en que, cuando supere los problemas físicos, será capital para el juego del Barcelona. Sobre todo después de ver cómo a su amigo Griezmann le está costando alcanzar el nivel esperado y no confirma su puesto de indiscutible en los esquemas del 'Txingurri'.
Mientras Carles Pérez baja enteros y a Ansu Fati le han echado el freno de mano desde el propio club, el galo tendrá que aceptar galones ante la baja de Luis Suárez. La primera oportunidad para asentarse en el once junto a Messi y a Griezmann la tendrá ante el Slavia. Un choque que, dicho de paso, le viene que ni pintado a sus características.