El gafe de Harry Kane es digno de estudio. El excelente delantero centro inglés no pudo estrenar su palmarés en el Tottenham y parecía que su llegada al Bayern de Múnich era propicia para que por fin levantara un título, pero los bávaros perdieron la final de la Supercopa de Alemania a los pocos días de su llegada y luego fueron eliminados de forma sorprendente por el modesto Saarbrücken en una de las primeras rondas de la DFB-Pokal.
Desde hace tiempo, la Bundesliga y la Champions League han quedado como únicas vías de escape para los de Múnich, si bien en la competición liguera se han complicado mucho la vida y necesitan un descalabro del Bayer Leverkusen para reeditar un trofeo que han venido conquistando de forma consecutiva en los últimos 11 años. En Europa, la Lazio también aprovechó el momento de debilidad de los de Tuchel y tomó ventaja de cara a la vuelta, en la que a pesar de todo los germanos se mantienen como favoritos para llegar a los cuartos de final.
Ante tal panorama, el 'Torkanone' y la Bota de Oro parecen ser la únicas distinciones medianamente factibles para el inglés en la 2023-24. Unos premios que el goleador inglés nunca ha conquistado y que se unirían a los múltiples reconocimientos individuales que el londinense sí que ha recibido durante su carrera, fundamentalmente por su extraordinario desempeño goleador.
Al hilo de esta sorprendente repulsión a los trofeos que Kane ha sufrido a lo largo de su trayectoria profesional, 'The Guardian' recordó esta semana la estatua que le hicieron al delantero en 2019 en Londres y que de forma un tanto inexplicable aún no ha sido inaugurada. En un principio, el monumento iba a haber sido instalado en la estación de Chingford Weaver Line, pero finalmente se desechó esta ubicación por el miedo a que los aficionados rivales cometieran actos de vandalismo sobre él.
Tras esa negativa, una ubicación cercana también fue estudiada e incluso surgió la opción de que se situara en Ridgeway Park, un lugar estrechamente relacionado con Harry Kane en su juventud, pero ambas fueron descartadas. "La ubicación es importante para nosotros", dijeron los representantes del jugador a la 'BBC', mostrando su decepción por el hecho de que la estatua, para la que el internacional inglés colaboró directamente, todavía no haya sido desvelada.
La creación tuvo un coste superior a los 8.000 euros y estos 5 años sin que haya sigo inaugurada han generado bastante polémica en el ayuntamiento de Waltham Forest hasta el punto de que fuentes del consistorio del municipio han tenido que excusarse por la demora. En lo relativo a la estatua, hay cierto runrún porque otro gran futbolista que se formó en Chingford e incluso fue al mismo colegio que Harry Kane no ha recibido un reconocimiento similar. Se trata del icono del fútbol británico a finales de los 90 y principios del presente siglo David Beckham, que pare muchos merece tener antes su reconocimiento que el del actual delantero inglés del Bayern de Múnich.