Si alguien tenía dudas sobre el Atlético de Madrid, estas se disiparon en el Estadio de la Cerámica. El conjunto de Diego Pablo Simeone ganó en un campo difícil, el del Villarreal, para seguir líder.
El pequeño bajón ante el Levante y el Chelsea se dejó atrás ante el cuadro 'groguet'. Apoyado en un gran Oblak en la portería, el santo volvió a aparecer para que el ataque se desplegase.
Le costó, eso sí, desarmar el entramado defensivo del Villarreal. Solo con errores puntuales de Pau Torres llegó el conjunto 'colchonero' a la portería de Asenjo, con el empate y con la victoria.
La mala fortuna se cebó con el Villarreal. Lo que había sido un paradón de Asenjo a remate de Savic se convirtió en un gol en propia de Pedraza, al que le rebotó el balón antes de entrar y antes de que se revisase en el VAR.
El gol azuzó el avispero del Villarreal. Pero la maldición de Emery ante Simeone permaneció un día más. Ni Trigueros, ni Gerard Moreno ni Samu Chukwueze sobrepasaron el muro de la portería de Oblak.
Lo que había sido una buena primera parte 'colchonera' estuvo a punto de empañarse con un codazo involuntario de Lemar que, tras aviso del VAR, se quedó en amarilla.
Simeone metió a su 'Menino de Oro' y el portugués se reivindicó. Metió un golazo, poco después de un gran tiro de Suárez, que celebró con rabia, insultando a la zona de los banquillos.
La entrada de Baena dio más mordiente a un Villarreal que lamentó tener enfrente a un espléndido Oblak, de nuevo el mejor jugador del mejor equipo de Primera División.
Respira Simeone tras tres partidos sin conocer la victoria y coge aire de cara al derbi contra el Real Madrid. También al ver partir a Luis Suárez sin una amarilla con la que se hubiese perdido el gran choque. Pierde comba el Villarreal, fuera ya de la posición de privilegio.