Los árbitros viven en la diana. Son señalados por sus errores, son el foco por sus decisiones. Esta vez, Gil Manzano se hizo protagonista por un acto que le honra bastante: pidió perdón a los jugadores del Valencia después de equivocarse.
Se acababa la primera mitad. Los locales lanzaban un contragolpe peligroso. Umtiti fue hasta campo rival y paró a Maxi Gómez con una falta clara para evitar el peligro. Sin embargo, dio tiempo a lanzar un pase en largo a Ferran Torres, que se metía solo en el área de Ter Stegen.
En un principio, Gil Manzano señaló la ley de la ventaja. Pero cuando vio el pase en largo, creyó que nadie iba a recibir la bola, así que decretó la falta. En apenas un segundo, cuando el futbolista del Valencia apareció por su radar visual, se dio cuenta de su error y pidió perdón, hasta tres veces, a los jugadores del Valencia, que se lo comían.
Enseguida Mestalla fue un clamor contra el árbitro, puesto que la ocasión era manifiesta de gol. Tristemente, se dará más importancia al fallo en sí que al buen gesto del colegiado admitiendo que erró, algo que no suele estilarse en el gremio.
25 de enero de 2020