"Estoy a muerte con Baraja. Él dio la cara por mí este verano y yo también la doy por él ahora", afirmó el zaguero de Martinica, que tras el choque viaja con su selección para disputar compromisos internacionales.
Además considera que la culpa de lo que está sucediendo es cosa de los futbolistas: "La culpa no es del técnico sino de los jugadores. El equipo muestra una cara diferente en casa y fuera. Hay que revertir la situación".
Por otro lado se refirió al apoyo de los seguidores del conjunto asturiano, que alentaron a los suyos desde la grada durante todo el partido: "Gracias a los aficionados que vinieron, el equipo se sintió como en casa. La pena fue que no nos sintiésemos como en casa con el balón".