El fútbol debe ser un ejemplo para los cientos de miles de niños que lo practican. Y en ello la RFEF dio un patinazo tremendo. Y es que decidió premiar a Fede Valverde, que minutos antes había coceado a Morata, con la distinción de mejor jugador de la final.
Lo más paradójico de todo es que el elenco que eligió al uruguayo estaba en casa: Luis Enrique, seleccionador nacional, su cuerpo técnico y Francisco Molina, director deportivo, formaban el comité que decidía al afortunado.
Todo apunta a que la elección tuvo lugar antes de la desafortunada acción, para que diera tiempo a que la organización pudiera montar el operativo de entrega del premio al término del choque. Si no, no se explica.
12 de enero de 2020
Ciertamente, el internacional charrúa había cuajado un buen encuentro hasta esa entrada, pero el aficionado 'colchonero' entendió como una ofensa que el protagonista de una acción tan antideportiva fuera premiado con el galardón de MVP.
Su premio podría haber tenido más brillo si en lugar de eso llega a ser noticia por ser el artífice del triunfo; y es que desperdició una oportunidad a quemarropa de cabeza.
12 de enero de 2020