Una semana. Ese es el tiempo que falta para que arranque la Eurocopa.
Algo más. Eso es lo que le falta a España para que termine de arrancar e ilusionar para la Eurocopa.
Empate sin goles en el Wanda entre dos de las selecciones aspirantes a no hacer pronto las maletas en el torneo. Todos veían este España-Portugal una gran ocasión de probar el material del que están hechos los sueños y aspiraciones de ambos. Y ninguno se va especialmente desilusionado, pero tampoco salieron del Metropolitano tirando cohetes.
Fueron mejores en el cómputo general los de Luis Enrique, que salió con Unai Simón, Marcos Llorente, Laporte o Sarabia, entre otros, en un once que respondió bien en los primeros minutos. De hecho, las 'quinas' ni se inmutaron en los 20 primeros, donde los locales fueron dueños de la posesión y de las intenciones.
Aunque como le viene pasando a la Selección desde hace bastantes años, el porcentaje de tenencia fue mayor que el de peligro. Mucho mayor. En el 10', Sarabia se internó por la izquierda y sacó un centro al corazón del área. Allí esperaba Marcos Llorente (y eso que partía de lateral derecho), pero un ligero toque de un central le dejó sin un remate que olía a gol desde lejos.
Siguió tocando y tocando España, pero el susto lo dio Portugal. En el 23', Fonte marcó a la salida de un córner, pero el colegiado invalidó el tanto por una falta sobre Pau Torres. El luso se apoyó en el español, aunque se podría discutir sobre la intensidad y existencia de la falta. Y como no había VAR, tampoco hubo suspense. Gol anulado.
El primer tiempo transcurrió con un guion parecido. Eso sí, Renato Sanches amenazaba con contragolpes que parecían aún más peligrosos al ver al tridente que esperaba ansioso la bola. Pero ni Cristiano, ni Joao Félix ni Diogo Jota inquietaron en exceso a Unai Simón.
En el 26', España tuvo la mejor del primer tiempo. Ferran Torres remató al lateral de la red un centro desde la izquierda de Morata con el exterior que se quedó muy cerca de abrir el marcador. Pero este no se movió en los primeros 45 minutos, en los que Semedo dejó la última ocasión con un zurdazo desviado desde la frontal.
Faltó la guinda en la recta final
Hubo mejoría de España en la segunda parte. Especialmente, en la recta final. Portugal nunca se preocupó de no tener la bola, pues sabe perfectamente desenvolverse en ese escenario. Pero con el paso de los minutos, el peligro de España se iba incrementando.
Hubo que esperar 50 minutos para ver el primer disparo a puerta. Fue de Morata, flojo, a las manos de Rui Patrício. En el arranque, el '7' tuvo una doble ocasión que estrelló en Fonte primero y mandó fuera en su propio rechace.
La imagen de España mejoraba. Llegaban los de Luis Enrique por las bandas y dominaban a su rival, pero la sensación de peligro llegaba con cuentagotas. Y el gol casi ni se intuía. Y es eso, justamente, lo que ya le costó algún disgusto en torneos anteriores. Y eso lo que la separa, de momento, con soñar en grande.
El ejemplo más claro se vio en el 57'. Sarabia falló a puerta vacía con la derecha. Demasiado zurdo el del PSG. Fue otra buena llegada de un equipo que también sufrió alguna estocada lusa.
Diogo Jota no aprovechó una gran internada de Cristiano Ronaldo por la derecha. Su cabezazo se fue desviado a córner, tocado ligeramente por Llorente. Con Joao Félix ya fuera, tampoco las 'quinas' dejaron grandes detalles, aunque sus posibilidades pasan más por el orden atrás y matar en cuanto se pueda. Tiene preocupaciones, las mismas en cantidad pero no en especificidad que España.
Cristiano mandó fuera un remate a una falta en el minuto 70. Sería el último aviso de Portugal antes de los mejores minutos de la Selección. Con Koke, Pedri y Gerard Moreno en el campo se vio la mejor versión, sin que ninguno de los tres fuese especialmente relevante.
Ferran Torres estrelló en un defensa un remate en el área en otra buena acción de Morata. El '7' sigue demostrando que, como su dorsal indica, tiene cualidades para estar dentro del once, pero le falta un poco para ser ese '9' que necesita Luis Enrique. Poco después, el de la Juventus demostró esta teoría al no llegar a dos centros casi seguidos por centímetros.
Cristiano pudo tener la mejor del partido, pero su control con la cabeza convirtió un claro mano a mano que recién se empezaba a intuir en un pase a Unai Simón. Y hasta el final, dos clarísimas que no logró remachar España.
Koke botó una falta que peinó con la chepa Ferran Torres. Solo la gran reacción abajo de Rui Patrício evitó un tanto que sí se llegó a casi celebrar en el 91'. Morata se fue solo hacia el meta luso, con todo el campo para él con el único adversario del meta. O eso creía él, porque una vez superó al portero con su remate, el larguero le dejó sin el ansiado gol. Un gol que es, en gran parte, lo que separa a España de sus mejores sueños.