Apenas se habían disputado los primeros cinco minutos, cuando Fazio se alzó sobre todos los defensas del Cagliari y remató a gol un saque de esquina. El balón, que venía rebotado de un remate fallido, botó también en el suelo y golpeó en la madera antes de entrar.
Aunque Cragno logró despejar el balón, el colegiado vio que ya había sobrepasado la línea de gol y concedió el 1-0, en plena vorágine de protestas de los futbolistas visitantes. Un golpe que no hizo si no alimentar los nervios en el Olímpico.
Lejos de conformarse, la Roma firmó el 2-0 tres minutos después. Kluivert encontró a Pastore en la frontal y el argentino dibujó una parábola excelsa que también se alojó al fondo de las mallas. Segundo mazazo que dejó grogui al Cagliari.
Pese a no estar cuajando la temporada que se le esperaba, el conjunto romano exhibió músculo y envió a la lona a su rival en apenas ocho minutos. Un alarde de fuerza inusitado a lo largo de la presente campaña.