Durante el verano se ficha mucho. A veces, demasiado. Como cuando vas de compras y te vuelves a casa con un par de pantalones que no necesitabas, pero que igualmente te llevas 'por si acaso'.
Eso es lo que parece que han hecho muchos clubes en verano. Quien más, quien menos, tiene uno o dos jugadores recién fichados que aún no han debutado. Y eso, tras dos meses de competición, da que pensar.
A veces son los problemas físicos o las lesiones los que provocan estas ausencias. Es lo que ha pasado con Sedlar en el Mallorca, Burgos en el Eibar o Iturraspe en el Espanyol, aunque en su caso sí ha jugado algún partido oficial. De hecho, se lesionó en uno de ellos, en la previa de la Europa League.
Luego hay otros fichajes que se quedan sin jugar porque el técnico así lo decide. Es lo que está pasando con la terna de madridistas cedidos al Real Valladolid: Lunin, De Frutos y Javi Sánchez. El guardameta ucraniano al menos ha estado en el banquillo estas ocho jornadas; los otros dos, ni convocados.
El caso de Lunin se repite en el Barcelona con Beto. Fue fichado para ser el segundo de Ter Stegen y el alemán no le está dejando ni las sobras. Tendrá que conformarse con la Copa.
De los grandes, solo el Madrid se libra de haber fichado gente para que no juegue. Los que menos han contado han sido Rodrygo y Mendy, pero ambos han disputado ya dos y tres encuentros, respectivamente.
En el Valencia siguen esperando el debut de Mangala en su segunda etapa en el club, y en el Atleti muchos se preguntan por qué se fichó a Saponjic. El serbio ha estado en el banquillo en la primera y segunda jornada y no se le ha vuelto a ver.
Es cuestión de tiempo, salvo cruz irrevocable del entrenador (como parece que le había pasado a Bernardo con Gallego, otro pendiente de debut), que estos recién llegados se vistan de corto y se estrenen con sus nuevos equipos. La temporada es muy larga, el cansancio es inevitable y, en el peor de los casos, siempre hay lesiones.