Paul Pogba no piensa admitir su culpabilidad en el caso que hay abierto sobre su persona por dar positivo en testosterona sintética el 20 de agosto, tras un partido de Serie A contra el Udinese en el que él ni jugó. Poco después de filtrarse la noticia, su agente, Rafaela Pimenta, defendió su inocencia: argumentó que desconocía que la sustancia estaba prohibida. Un contraanálisis que tuvo lugar el 6 de octubre confirmó la presencia del brebaje en su organismo.
Con el asunto ya en manos de la Fiscalía Nacional Antidopaje de Italia, estaba sobre la mesa la posibilidad de llegar a un acuerdo para rebajar su castigo, pero se negó: irá a juicio ante el Tribunal Nacional Antidopaje. En consecuencia, la institución solicita 4 años de inhabilitación para él. Es la información que publicó 'La Gazzetta dello Sport' bien entrada la mañana de este jueves. El francés lleva sin saltar al campo desde el 3 de septiembre, contra el Empoli, y está cobrando el salario mínimo como 'bianconero'.
En caso de que el castigo salga adelante, el ex del Manchester United no podrá participar en ningún encuentro hasta que tenga 34 años. Además, para entonces, 2027, su contrato en Turín ya habrá terminado, de modo que tendría que buscarse otro destino o tratar de convencer a la directiva de que le renueve aun a falta de un año, desde su desvinculación -está atado hasta 2026-, de que pueda volver a aportar deportivamente.
Su potencial ausencia también condena del todo sus opciones de volver a la Selección Francesa, para la que no contó en el Mundial de Catar y con la que no va convocado desde marzo del año pasado. La Eurocopa 2024 está a la vuelta de la esquina y él no entra en las quinielas de la lista de Didier Deschamps, pero, si se le priva de jugar, no tendrá la oportunidad de mostrar al técnico que está preparado para representar a su país de nuevo. La decisión, eso sí, ha sido suya y es arriesgada: quiere demostrar que es inocente.