La tarde traía buenos presagios para Fluminense cuando a los ocho minutos de juego ya se encontraba por delante en el marcador gracias a un tremendo zapatazo de Michel Araújo.
Coritiba no tenía su día y, aunque dispuso de buenas ocasiones para poner el empate de nuevo en el marcador, todas se fueron desviadas sin causar demasiados problemas en la portería de Muriel.
En la segunda parte el cuadro visitante se quedó sin gasolina y terminó por derrumbarse. En solo diez minutos encajó los goles de Cardoso y Nino, que dejaron el partido sentenciado.
Para colmo de males, Natanael cometió un penalti que le costó la cartulina roja y a su equipo el cuarto gol de Fluminense en las botas de Ganso.