Se han cumplido 40 días desde el último positivo detectado en la Primera División. Fue el de Aidoo, del Celta. Desde entonces, ni uno más. Las medidas se han relajado mucho, pero el riesgo persiste, y es por eso que se siguen haciendo pruebas semanalmente.
Qué lejos quedan las burbujas de la finalización de la 2019-20 y toda la 2020-21. Aquellos días en los que los futbolistas vivían bajo un férreo control para evitar contagios que pusieran en peligro la disputa de los partidos.
Ahora las medidas se han relajado notablemente, y son los clubes los que aplican sus propios protocolos. El de LaLiga dejó de estar vigente, y la patronal dejó en manos de los clubes cómo actuar en caso de detectar un positivo.
Positivos que, por fortuna, son cada vez menos habituales. La vacunación ha ayudado notablemente, qué duda cabe. Desde LaLiga consideran que los futbolistas son un colectivo inmunizado, y eso se extiende a su círculo cercano. Estiman que podrían ser entre 1.600 y 2.500 personas.
El esfuerzo de futbolistas y clubes para mantener a raya la pandemia ha sido notable, y ahora se están recogiendo los frutos. Por supuesto ha habido deslices, errores y traspiés que han afeado el proceso, pero que no hacen más que confirmar que los futbolistas son humanos.