San Mamés tiene algo especial. Ese gen que permite al Athletic sobrevivir en los peores momentos y sobreponerse tras unas semanas complicadas en el seno bilbaíno. Garitano llegaba cuestionado, pero el triunfo alejó los fantasmas de un plumazo. Eso sí, el sufrimiento fue máximo en un choque igualado frente a un rival asfixiado.
La SD Huesca venía enrachado, al menos con sensaciones totalmente distintas después de ganar su primer partido frente al Alavés. Ontiveros fue la clave aquel día en El Alcoraz, pero esta vez el marbellí no pudo marcar la diferencia en un partido atascado de principio a fin.
Sin embargo, el equipo altoaragonés dejó una buena cara en el primer tiempo, cuando dominó la posesión del esférico claramente. Además, no sufrió atrás, donde Siovas y Pulido estuvieron impecables. Volvió a fallar lo de siempre, las decisiones finales en los últimos minutos. Y el Athletic no perdona.
Hasta el 86', el empate parecía ser el resultado más justo, pero un derribo de Pulido sobre Kenan Kodro, que había entrado sustituyendo a Villalibre, acabó decidiendo la cita. El delantero bosnió cogió galones y definió a la perfección desde los once metros. Un gol que puede valer el cargo de Garitano.
Y Garitano se la jugó con lo mismo de las últimas jornadas, a excepción de Unai Núñez, única novedad del once y que acabaría finiquitando el partido con el segundo y definitivo tanto. De cabeza y a la salida de un córner en el 91', al más puro estilo Aritz Aduriz. Así es el Athletic.
Los 'leones' se dejaron lo bueno para el final, ya que en el primer tiempo la SD Huesca fue mejor. Sin ocasiones, eso sí, en un periodo donde lo más destacado fue la lesión de Pablo Maffeo, el récord de Iñaki Williams y las preocupantes imágenes que dejan la fatiga de Yuri semana tras semana.
El Athletic, no obstante, supo reponerse para mostrar otra imagen en la segunda parte. Mordió el equipo vasco y apretó hasta encontrar la tecla que dio el gol. Berenguer fue incisivo, Villalibre luchó y, con más corazón que cabeza, la victoria se quedó en casa.
Dos semanas después del desastre final en Granada, donde la SD Huesca, dejó escapar en escasos minutos una renta de dos goles, Míchel se vuelve a ir decepcionado y cabizbajo de una jornada perdida 'in extremis'. Los oscenses compiten, y muy bien, pero no durante los 90 minutos que dura un encuentro... y eso al Athletic le viene en los genes.