Siempre en el foco de la polémica, Gareth Bale volvió a jugar con el único equipo donde dice ser feliz: la Selección de Gales. El delantero del Real Madrid fue titular en la victoria de su combinado ante Finlandia.
No obstante, el triunfo galés no llegó a través de Bale. De hecho, el futbolista blanco apenas pudo disputar 45 minutos antes de que Ryan Giggs decidiera sentarle al descanso del partido.
Durante esa primera mitad, el madridista hizo ver que su tono físico es bastante escaso. Gareth Bale estuvo gris y poco participativo, pese a que el seleccionador galés aseguró en la previa que su estado era óptimo.
Fue precisamente esta falta de ritmo lo que llevó a Giggs a sentarle al descanso, tal y como confirmó el técnico, que aseguró que todo entraba dentro del plan individual con el futbolista.
"Estaba todo planeado, apenas ha tocado fútbol. Gareth ha tenido menos minutos que nadie en estos últimos meses, así que la intención era que jugara 45 minutos y, si se sentía bien, una hora", explicó.
A la vista está, no estaba el madridista cómodo y no alcanzó esos 60 minutos. Aun así, Gales se bastó sin él, aunque no se abalanzaron sobre los tres puntos hasta el 80' por mediación de Moore.