Por segunda semana consecutiva, Girona y Albacete se abonaron al empate. Para que los de Martí queden algo más despegados del ascenso directo, para que los manchegos continúen con su escalada a fuego lento para abandonar la zona roja.
El punto pareció saber mejor a los de Lucas Alcaraz. No solo por enjugar el 1-0 inicial, sino porque sirvieron para hilar otra semana con mejores sensaciones. Los locales acabaron frustrados pidiéndole manos polémicas al colegiado.
El Albacete saltó al terreno de juego con una marcha más que su rival. Comenzó con la línea de presión muy alta, lo que provocó errores en la salida del balón desde atrás del Girona. Con todo a favor para abrir la lata, Javi Acuña cabeceó alto un envío de Pedro Sánchez desde la derecha antes de que se cumplieran los primeros cinco minutos del choque.
Los de Martí fueron ganando terreno con el paso de los minutos y Brandon, a los 15 minutos, estuvo a punto de hacer el 1-0 con una chilena desde el corazón del área que se fue rozando el poste zurdo de la meta defendida por Gabriel Brazao. Y en el 24', el propio Brandon inauguró el electrónico.
Álex Gallar filtró al espacio y el mallorquín, desde la frontal del área, realizó un maravilloso control orientado para desquitarse de la marca de los centrales y para plantarse ante Gabriel Brazo, al que batió con un disparo cruzado.
No consiguió sobreponerse el Albacete al 1-0 y el Girona estuvo a centímetros de ampliar la renta a la media hora de juego. Stuani superó al meta del Alba tras un pase al espacio de Borja García, pero el uruguayo partió en posición adelantada.
El Girona apenas registró errores en la zaga durante los primeros 45 minutos de juego, pero el primero que cometió tras la reanudación le costó el empate. Pedro Alcalá erró en el pase en la salida desde atrás y Manu Fuster, que se encontró un regalo en la frontal del área, clavó el cuero en la escuadra derecha de la meta defendida por Asier Riesgo.
El partido entró en una fase insulsa, con un juego trabado y sin fluidez en la que el combinado manchego no parecía sentirse demasiado incómodo. Los de Martí asumieron la iniciativa, pero no encontraron profundidad en sus acciones de ataque.
Los de Alcaraz consiguieron dormir el encuentro en el tramo final y las pérdidas de tiempo de Gabriel Brazao dejaron ver que los blancos comenzaban a conformarse con sacar un punto de su visita a Montilivi.
Sin embargo, en cinco eternos minutos de añadido, no faltó emoción. La que tuvo un gran lanzamiento de falta de Jonathan Soriano que se quitó de encima Brazao como pudo. En el rechace, el VAR tuvo que revisar unas posibles manos. Cuando se determinó que no había nada, se repitió la petición de los gerundenses. El VAR lo volvió a negar y Vicandi Garrido pitó el final del encuentro para evitar más tensión.