Futbolísticamente hablando, Glasgow es una de las ciudades más peculiares del planeta. La rivalidad entre Celtic y Rangers asume connotaciones de todo tipo que convierten al derbi escocés en uno de los más espectaculares del mundo.
Golpeó pronto el Rangers, que apenas tardó tres minutos en ponerse por delante gracias a un error defensivo aprovechado por Windass. Rogic no tardó en igualar la contienda, pero Candeias volvió a poner por delante a un Rangers muy concentrado y pletórico en su estadio.
Pero este Celtic gobierna con puño de hierro en Escocia por su solvencia en partidos como este. Dembélé empató justo cuando las campanas ya señalaban el descanso.
Al inicio de la segunda mitad, la expulsión de Simunovic le brindó una oportunidad histórica al Rangers, pero le pudo la presión y no la aprovechó. Con diez, el Celtic tiró de oficio y consumó la remontada gracias a un tanto de Edouard mediada la segunda parte.
Después, el equipo de Rodgers se parapetó atrás y aguantó los arreones de un Rangers que volvió a hincar la rodilla ante su máximo rival, que mantiene verde el trono de Glasgow.