Uno de los golazos de la jornada en Francia se ha dado en uno de los partidos señalados para que no ocurriera nada fuera de lo común. En la visita del Metz, que pelea por escapar del descenso, al Mónaco, que pugna por el liderato, Lamine Camara abrió la lata a los 4 minutos con un zapatazo desde más allá del centro del campo después de robar la pelota a los locales en las inmediaciones del círculo de la medular.
El '18' reparó en que el portero rival, Philipp Köhn, estaba adelantado a su posición y no se lo pensó dos veces. Probablemente, el guardameta no esperaba la desconexión de sus compañeros en lo que parecía una posesión de balón plácida. De hecho, todo apuntaba a que este era un síntoma de que el enfrentamiento iba a discurrir con un dominio sosegado por parte de los rojiblancos delante de sus aficionados.
Nada más lejos de la realidad, aunque esto no quita que su reacción fuera positiva para obrar el empate poco después del 0-1. Golovin, asistido por Matsima cuando solo quedaban 3 minutos para el descanso a ojos del tiempo reglamentario, sin añadidos, devolvió la iniciativa a los anfitriones. Era clave hacerlo en este momento para que el arranque de la segunda parte se presentara como una suerte de 'reset'.
El golazo de Lamine Camara, en todo caso, se celebraría con especial alegría en París y Niza, sedes de los otros 2 equipos que están pugnando por el liderato de la Ligue 1 en estas primeras semanas de competición. El Metz, en cambio, lamentó encajar el tanto de las tablas en un tramo en el que debía aprovechar para haberse cubierto mejor. Los provisionales 3 puntos le venían de perlas para huir del fondo de la tabla.