Ha recuperado Osasuna su esencia. Victoria de mérito de un equipo rojillo que se ha aprovechado del despiste del Villarreal para, prácticamente, certificar su permanencia un año más en Primera División. Queda poco, pero el paso es de gigante.
Y mirando a la cara a un Villarreal con un objetivo mayor, que es entrar en Europa. Porque Osasuna no fue inferior en ningún momento, siempre supo a lo que jugar, aguantó los zarpazos del 'submarino' y golpeó en los momentos clave para llevarse la contienda.
Pecó de confianza Emery. Sin Gerard Moreno ni Trigueros, el Villarreal es un equipo distinto. Y comenzó mejor Osasuna, que forzó su centro del campo y salió con ambición, aunque fue perdiendo metros en La Cerámica conforme despertaba el equipo castellonense.
En el 17', la jugada polémica: un agarrón muy leve sobre Jaume Costa, parecido al que sufrió Braithwaite en el 'Clásico', que parecía dentro del área y Munuera Montero, merced al aviso del VAR, lo sacó fuera, justo en la frontal del área. Herrera salvó ese lanzamiento de Parejo.
Antes del descanso, el Villarreal quiso, pero le costó un mundo generar y romper la muralla defensiva de Osasuna. Pronto empezó a calentar Gerard Moreno para el segundo tiempo y, al filo del descanso, Moi Gómez y Mario Gaspar amenazaron con sendos disparos para el 1-0.
Y con Gerard Moreno sobre el campo, ya en el segundo tiempo, el partido fue una paradoja. El Villarreal mejoró con el catalán, pero le fueron las cosas peor por la lección de efectividad que ejerció Osasuna. Antes de eso, Alcácer y Rubén García empezaron a agitar la coctelera en ambas área. El marcador seguía sin moverse.
Allá por el minuto 64, un centro de Manu Sánchez fue rematado maravillosamente por Moncayola. Uno de los goles de esta jornada 30 en Primera División. Lo hizo todo en el aire y puso la pelota en el palo izquierdo de Sergio Asenjo. Un palo que Emery sufrió desde el banquillo justo después de dar entrada a Chukwueze.
Seis minutos después de ese 0-1, Gerard Moreno se adentró por la izquierda y buscó a Alcácer, pero David García tocó esa pelota y la mandó involuntariamente al fondo de las mallas. Un gol que, psicológicamente, podía afectar a Osasuna, pero no fue así dentro de unos minutos de auténtica locura.
En el 73', disparo desde el centro del campo de Torró que saca Asenjo casi en la escuadra de su portería. Y en ese córner, testarazo impecable de Budimir para dar la victoria a los suyos, aunque quedaba mucho camino por recorrer hasta sellar el triunfo. Sufrió Osasuna en los últimos minutos, apretó el Villarreal y Herrera lo sacó todo, incluido un disparo lejano de Trigueros en el último segundo. Osasuna es muy de Primera.