La ilusión del Cartagena en su duelo contra el Sporting quedó por los suelos por culpa de un hombre: Gragera. El centrocampista apareció cuando los suyos estaban mereciendo marcar para, al contrario que sus contrincantes, mandar la bola al fondo de la red cuando debían.
Hasta ese momento de dominio gijonés, mandó el cuadro blanquinegro. Un Carrasquilla estelar, unos Delmás y De la Bella incisivos y un Simón insistente pusieron en apuros a un conjunto asturiano que no encontraba a sus 'hombres gol'. Aitor García era el más punzante y estaba 'fallón'.
La mejor ocasión de la primera mitad la conectaron Carrasquilla, con un pase espectacular, y De la Bella, rematándolo de cabeza; lo desenchufó Mariño con una gran mano. No le protegían del todo sus centrales, algo irregulares. Babin era capaz tanto de despejar varios centros seguidos como de casi regalarle un gol al '9' contrario en una mala salida de balón.
David Gallego confió en los suyos a pesar de todo y solo cambió a Gaspar por Carmona, una sustitución que fue suficiente para ayudar a su equipo a ir ganando terreno poco a poco en el segundo acto. Borja Jiménez se daba cuenta y reaccionó con un triple cambio que no sirvió para frenar la insistencia rival.
Una de las mejores armas del Sporting estaba siendo Milovanov, que se clavaba como puñal por la banda derecha en sus subidas, pero fue a balón parado cómo llegó el gol que se estaban mereciendo conforme se acercaba el final del choque. Gragera lo firmó.
Corrió más que Delmás en un centro a la olla que planeaba sobre el segundo palo y sorprendió a Marc Martínez, que esta vez no pudo ser el héroe, con un testarazo cruzado y bien colocado. Bastó entonces con pausar el partido y desesperar a un Cartagena que hasta terminó con uno menos por la expulsión de Andújar.