El Atlético de Madrid estaba teniendo sus mejores momentos sobre el césped del Wanda Metropolitano. Tras superar la difícil misión de igualar un 0-2 en contra, el conjunto rojiblanco tuvo que lamentar una desafortunada jugada.
Al poco de comenzar la segunda mitad, el auténtico héroe de la gesta 'colchonera' tuvo que abandonar el terreno de juego. Griezmann, que subió su pierna excesivamente hacia arriba, golpeó con los tacos en la cara de Firmino.
A pesar de la rigurosidad de la acción, el colegiado lo interpretó de la peor manera posible para el Atleti y mandó al francés a la caseta. El banquillo local no se lo creyó y protestó al árbitro la amarilla, ya que estimó que se trató de una acción de juego peligroso normal.
Siebert no hizo caso a las protestas y se mantuvo firme en su decisión. Además, desde el VAR no le corrigieron la acción y el Atlético tuvo que afrontar gran parte de la segunda mitad con un futbolista menos.