En este Barcelona hay que ser constante y agarrarse a las rachas porque, de lo contrario, el sitio podría ser para otro. Algo así es lo que le ha pasado a un Dembélé que ha vuelto a comenzar la temporada de una forma irregular.
El extremo francés ha alternado buenos momentos en el campo con faltas de respeto al árbitro que le han pasado factura. Mateu Lahoz reflejó en el acta que el jugador azulgrana le había repetido que era "muy malo", por lo que Competición le sancionó con dos partidos.
En este tiempo, Antoine Griezmann se ha recuperado del balón que sufría desde lo que hizo frente al Betis y se ha ganado el respeto de Leo Messi y Luis Suárez. El francés, acostumbrado a ser una montaña rusa, brilló ante el Eibar.
El jugador del Atlético hizo un gol y participó en los otros dos, así que se llevó el notable de sus compañeros y de Ernesto Valverde, colocando más distancia en su carrera con Dembélé, al que le ha comido la tostada en el tiempo que ha estado sancionado.
En este momento parece que Griezmann gana enteros en la batalla con el francés, pero lo cierto es que Valverde tiene un papelón porque dejar a alguno de ellos dos en el banquillo no sería la mejor opción, la cual pasa por tenerlos a los cuatro tenores a buen tono.
Habrá que ver cuál es la decisión que toma Valverde ante el Slavia de Praga y si prefiere repartir el descanso a darle continuidad a lo que ya brilló en Ipurua.