El Barça fue una auténtica apisonadora en Michigan. El cuadro entrenado por Valverde dio una auténtica exhibición en la segunda mitad, algo a lo que el Nápoles no supo reaccionar.
Tras el tanto de Luis Suárez, previo fallo de Griezmann, el delantero francés se quitó la 'espina' clavada con un gran gol. Todo comenzó en campo azulgrana y terminó en el área contraria.
Los jugadores 'culés' fueron pasándose el balón unos a otros hastas que Suárez levantó la cabeza y le metió un pase maravilloso a Jordi Alba, que a su vez combinó con Antoine para que hiciera el 0-2.
El francés empujó a puerta vacía un balón suelto. Los jugadores del Nápoles protestaron por fuera de juego del '18', pero el árbitro no vio nada reseñable.