Firmó por el Barcelona por 10 millones de euros y, a la postre, resultó una de las peores inversiones del club en los últimos años, tras un paso por la Ciudad Condal diluído entre cesiones y desencuentros.
El primer curso, Henrique Adriano jugó a préstamo en el Bayer Leverkusen, donde se exhibió para ganarse una oportunidad en el conjunto azulgrana dirigido por Pep Guardiola, que decidió llevarle a la gira por EEUU.
Sin embargo, henchido de confianza, el defensa brasileño cometió un error irreversible para el técnico de Santpedor. El entrenador 'culé' insistió en la previa del encuentro ante Los Galaxy en la necesidad de evitar las faltas en la frontal.
Desoyendo las advertencias, Henrique derribó a Donovan y Beckham besó las mallas. Era un amistoso de preparación, pero Guardiola sentenció al jugador que tuvo que volver a hacer las maletas para siempre jamás.
Aunque logró despuntar en el Racing de Santander y, previo paso por Palmeiras, se ganó un puesto en el Mundial de Brasil en el Nápoles, el central acabó marchándose a Fluminense para relanzar su carrera.
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