El encuentro se disputó en Denver, a 1580 metros de altura sobre el nivel del mar. Es por ello que Guillermo no dudó en achacar a la altitud del campo la incapacidad de sus jugadores en demostrar las buenas sensaciones que traían antes del partido.
"No me gustó que nos hayan empatado, pero hay un montón de situaciones que debemos considerar. Fundamentalmente, la altura. Ello nos llevó a dividir el juego y darle la posibilidad a ellos de igualar", indicó el entrenador de Boca después del partido.
El técnico argentino aseguró que "es normal" que sus jugadores "pierdan precisión" cuando no están acostumbrados a jugar en esas condiciones. "También veníamos de un viaje de cuatro horas, con el cansancio acumulado que conlleva. Esperemos que no se repita esto", sentenció Guillermo.
Boca comenzó ganando el encuentro por 2-0, pero una serie de errores defensivos llevaron al equipo 'xeneize' a la tanda de penaltis. Ahí terminarían cayendo por 5-4 contra Rapids.