Dice la navaja de Ockham que la solución es la más fácil de las plausibles. En un partido con el mejor local -el Málaga- y uno de los peores visitantes -el Amorebieta-, el resultado podía parecer claro.
Pero si algo tiene el fútbol es que es impredecible. El Amorebieta encontró las cosquillas de un Málaga alicaído y que mostró, otra vez más, una versión muy pobre para la calidad de la plantilla.
Tiene un problema José Alberto cuando no es capaz de hacer jugar al Málaga en 90 minutos. Como si fuese una prolongación de El Plantío, de nuevo un equipo a priori inferior se vio muy por encima del cuadro blanquiazul.
Y es que si algo tiene este Amorebieta, que llegaba como penúltimo, es que sabe jugar muy bien sus armas. Cerró todas las vías en defensa para marcharse a la contra en busca de las opciones.
La conexión Obi-Guruzeta dejó grandes réditos al conjunto vasco en La Rosaleda. El primero prolongó el juego directo y el segundo marcó un doblete en dos manos a manos, con Dani Martín vendido ante la defensa.
Ni siquiera el impulso de jugar en casa, ante una Rosaleda que siempre apoya a su equipo pero que, ante el Amorebieta, se quejó de la falta de oficio de los suyos, fue suficiente para el cuadro malaguista.
Solo el postrero tanto en propia de Luengo, en el minuto 94, permitió al Málaga creer apenas una jugada en ataque, insuficiente para meter miedo a Marino.
El Amorebieta consiguió su primera victoria a domicilio en Liga y lo hizo en un fortín que, hasta este domingo, era inexpugnable. Ni siquiera el gol anulado de Víctor Gómez azuzó a un Málaga que acabó, además, el partido sin Genaro por roja.
Tiene trabajo por delante un José Alberto al que le crecen las críticas desde la grada. El Málaga se desinfla con el paso de las jornadas y ve cada vez más lejos el 'play off'.