La fiscalía del distrito de Bakirköy, Estambul, le acusa de un delito de ofensas al presidente y su hijo, realizadas a través de su cuenta de Twitter, la cuál tiene casi un millón de seguidores.
La leyenda turca se enfrenta por tanto a una grave acusación que podría hacer que terminase en prisión. La justicia otomana contempla penas de hasta cuatro años.