El Rayo Vallecano es el segundo clasificado para la final del 'play off' de ascenso a Primera División 2020-21. Con el Girona esperando en la última cita antes de la gloria, los de Andoni Iraola jugaron con el gran resultado cosechado en la ida de las semifinales en Vallecas (3-0) y terminaron incluso incrementando su ventaja en Butarque para mostrar su candidatura al salto de categoría con un global de 1-5.
Enfrenta estaba todo un Leganés que, como los aficionados le mostraron en su llegada al estadio, creyó en sus posibilidades de remontar, luchó por ellas, y no se quedó tan lejos de conseguir la hazaña, pero finalmente le puso el broche a una gran temporada en Segunda División de la forma más cruel posible.
El equipo de Asier Garitano se despidió de una manera muy digna. Al menos este domingo. Saltó al terreno de juego muy enchufado y rozó la excelencia en una muy buena primera mitad. Y hasta hizo lo más complicado, marcar pronto: antes de alcanzar el primer cuarto de hora de juego, el Leganés mandaba en el electrónico. A los de Vallecas les temblaba hasta el aliento.
A la salida de un córner para el Rayo, los 'pepineros' armaron un magnífico contragolpe que murió con el balón en las mallas: Jonathan Silva recibió en la zona de tres cuartos, en el perfil zurdo, ganó la línea de fondo y cedió hacia el centro. Allí apareció un Miguel de la Fuente que dejó pasar el balón entre sus piernas y Róber Ibáñez, de primeras, batió a Luca Zidane con un disparo cruzado.
El conjunto local se vino arriba. Fue el momento en el que más se acercó a la remontada. Los de Iraola estaban 'k.o.' y daba la sensación de que el 2-0 podría llegar pronto. Pero entonces aparecieron los Óscar Trejo, Santi Comesaña y compañía, que echaron a dormir el ritmo del partido con posesiones muy largas, con los de Garitano corriendo detrás del balón.
Antes de llegar al tiempo de descanso, sin embargo, Róber pudo aumentar distancias con un zapatazo desde la frontal que rozó la madera e Isi Palazón respondió en la última acción del primer tiempo con un disparo que estuvo a punto de golpear en la cruceta. Y con el empate a sustos, López Toca decretó el final de los primeros 45 minutos de juego.
El Leganés necesitaba dos goles, pero uno del Rayo ponía la eliminatoria vista para la sentencia. Los dos entrenadores efectuaron las primeras susticiones del encuentro y los de Iraola comenzaron a practicar un juego de contención en el que el balón parado iba a ser su principal arma ofensiva. Seguros atrás, Trejo era el encargado de crear en ataque.
Sergio González, el antihéroe
El argentino estuvo a punto de sorprender a Asier Riesgo con un envío desde la zona de tres cuartos y, en el ecuador del segundo acto, en el 67', inició la acción que terminó con el empate y con la eliminatoria. Sergio González cometió falta, Sergio González mandó el balón a las mallas. Trejo centró y el futbolista madrileño, de espaldas, lo desvió al fondo de su propia portería.
El Leganés necesitaba entonces cuatro goles para clasificarse para la final. Las tablas ya no le valían. Garitano metió toda la carne en el asador, pero el Rayo Vallecano supo manejar el encuentro a la perfección. Y a falta de diez minutos para la conclusión, Andrés Martín le puso la guinda a una gran triangulación al contragolpe con Fran García e Isi para culminar la remontada, que también fue vallecana.
Los últimos minutos, como es normal, fueron intrascendentes e incluso innecesarios. Los 'pepineros' comenzaron a mostrar signos de impotencia y en el banquillo visitante se comenzaba a celebrar. Eso sí, de forma muy tímida, puesto que a los rayistas aún les quedan 180 minutos para subir a Primera División. Dos partidos, una final a ida y vuelta y, lo más importante, un nuevo rival al que superar: el Girona.