La Federación de Hong Kong nació nada menos que en 1914. Antes que muchas federaciones europeas, para que se hagan a la idea de lo que estamos hablando. Y es que la sombra del Imperio Británico es alargada.
Hong Kong fue uno de los miembros fundadores de la AFC, en 1954, y albergó la primera Copa Asia, en 1956. En dicha competición quedó entre las cuatro primeras, y repitió hazaña ocho años más tarde.
Desde entonces, su importancia ha decaído. Hong Kong cayó en el olvido futbolístico, más allá de la curiosidad estadística que habita en su liga en forma del South China, uno de los clubes más laureados del Planeta Fútbol, principalmente por carecer de rival en el campeonato doméstico.
Su mayor hito desde que comenzó su declive hasta hoy en día, fue el partido conocido como 'el Incidente del 19 de mayo'. En dicha fecha, en el año 1985, Hong Kong visitaba China en el marco de la fase de grupos para clasificarse para el Mundial de México 1986.
China, subcampeona de la Copa Asia de 1984, era la favorita del grupo 4A. Sin embargo, esa derrota ante Hong Kong en casa privó al gigante asiático de seguir peleando por una plaza en México. Hong Kong pasó como primera de grupo, la única plaza que daba acceso al playoff final, pero cayó goleada ante Japón.
Ese partido ante China fue, además el primero que provocó disturbios entre los aficionados chinos. En otras palabras, provocó el primer episodio de 'hooliganismo' de toda la historia del fútbol chino. Casi nada. Además, el seleccionador y el presidente de la Federación China dimitieron de sus cargos. Perder contra Hong Kong era intolerable (casi tanto como haberlo hecho ante Taiwan, o China Taipei, para los puristas).
Desde 1985 hasta hoy, Hong Kong ha vagado por el desierto futbolístico. Pero esta generación ha devuelto la ilusión al país. Bueno, técnicamente no es un país, forma parte de la República Popular China, pero es un oasis de salvaje capitalismo dentro de un sistema teóricamente comunista. China es especial.
Hong Kong está a un partido de entrar en la liguilla de la última ronda clasificatoria para el Mundial de Rusia 2018. Hong Kong viaja a Qatar, un rival que es matemáticamente primero de grupo al sacar a la minúscula selección asiática cuatro puntos. Hong Kong se juega el segundo puesto precisamene con China, con tres puntos y un partido menos.
El objetivo es claro: ganar a un rival que no se juega nada para mantener la distancia, retener la segunda plaza por resultados y esperar ser uno de los cuatro segundos mejores. Una quimera factible, aunque complicada.
Los futbolistas hongkoneses tienen la confianza necesaria para afrontar el reto sin hundierse, aseguran. La Federación ha hecho un gran esfuerzo en reflotar el fútbol en la isla. Lo llamaron, muy acertadamente, 'Proyecto Fénix', y como el pájaro de fuego Hong Kong quiere renacer.