24 años de carrera dan para mucho, pero, en el caso de Roy Carroll, el fútbol no solo le ha dado alegrías. El meta norirlandés, ex del Manchester United, desveló sus problemas con el alcohol y la depresión, que arrancaron justo cuando dejó el Manchester United a comienzos de siglo.
El portero fue ampliamente criticado en los 'red devils' por sus errores y nunca pudo soportar el peso de sustituir a una leyenda como Peter Schmeichel. Dejó el club, se fue al West Ham y todos sus problemas se hicieron enormes.
"Todo el mundo pensaba que era súper feliz. Me iba a casa, cerraba la puerta y me pegaba cabezazos contra la pared. Bebía mucho y no tenía ayuda de especialistas", arrancó Roy Carroll en 'Daily Mail'.
Una lesión de espalda en 2006 que le tuvo sin jugar fue el detonante: "Nunca había tenido una lesión tan larga antes y poco a poco me fui metiendo en el agujero. No estaba preparado".
Así le llego la depresión y beber fue su atajo. "Beber me servía para deshacerme de la depresión. Bebía y me olvidaba de todo. Pero al día siguiente las cosas empeoraban y volvía a beber", continuó un Carroll que no sentía que estuviera enfermo: "Iba a rehabilitación porque me lo pedían mi esposa, mi agente y mis hijos. Yo no veía que me pasara nada".
Carroll terminó dejando el fútbol inglés y recaló en el Odense, pero, a su salida, en 2011, los problemas con el alcohol fueron a más: "Tenía mucho tiempo libre y bebía todos los días. Aquello era una locura. Si no hubiera parado, no lo habría contado. Pero no por haberme suicidado, habría muerto por la bebida".
El norirlandés, que sigue jugando en su país a sus 43 años, concluyó asegurando que aún no ha abandonado para siempre las depresiones. Ni, por lo que cuentan los que han pasado por ello, la adicción: "Llevo diez años sin beber, pero la depresión vuelve cada poco. No me voy a librar de eso nunca...".