Poco tiempo tuvo que pasar desde el pitido inicial para darse cuenta de que 'Der Klassiker' era un partido de fútbol de verdad. De los que gustan a los futboleros. De idas y venidas y de búsqueda constante de algo que, en algunos estadios, parece que ni existe: la portería. O eso, o que el deporte rey se basa en ceroaceros o unoaceros infumables, con el miedo por bandera y con la racanería como gran máscara para esconder cajas y cajas de carencias.
El centro del campo no existió en el Signal Iduna Park. Muchos atribuirán esto a malas defensas, que también como veremos ahora. Pero la intención y la ambición son dos factores clave para aprovechar esos errores atrás del rival y no decantarse por el "si tú no dices nada, yo tampoco" y agarrarse al crono y al balón parado para sumar puntos.
Sería casi redundante y pesado enumerar aquí todas y cada una de las llegadas peligrosas y ocasiones de Borussia Dortmund y Bayern de Múnich en un primer tiempo loco. Con decir que a los nueve minutos ya se habían visto dos goles, puede bastar.
Brandt adelantó al Borussia en el 5'. El atacante recortó a un defensa con un gran atino y batió a Neuer con un disparo a media altura. Se las prometía muy felices el Signal Iduna Park, pero muy poco le duró esa alegría. Y es que, en el 9', Hummels comenzó a dejar claro que quería aparecer en los titulares del partido. Sea como fuere.
El central regaló un balón al Bayern por un mal y precipitado despeje en el centro del campo. La bola dio en Müller y acabó en Lewandowski, que no perdonó. Pisó área y fusiló a Kobel con la derecha con un disparo que se coló por el primer palo. Se lamentaban los locales. Celebraban los visitantes. Y se lo pasaba pipa el resto del mundo.
Lejos de tomarse un respiro, el partido aceleró hasta el descanso. Pocas veces se ha visto, por mucho que sea algo más habitual en la Bundesliga, un encuentro con tanta ida y vuelta. Casi a ocasión por minuto salieron Borussia y Bayern. Los locales, que fueron algo mejores tras el empate bávaro, se libraron en dos ocasiones que perdonó Coman.
Haaland perdonó el 2-1 en el 29' con un disparo cruzado en un velocísimo contragolpe y Lewandowski respondió un minuto después con un tiro que taponó Can en el área. Bellingham, Sané y Brandt tontearon también con el gol, pero sería Coman el que encontraría el premio justo antes del descanso.
Una carambola en un despeje en el área del Borussia acabó en los pies de Coman. Este no falló y fusiló al meta del Borussia, que no pudo hacer nada ante una bola que, tras tocar en Reus, se coló en la portería. 1-2 y al descanso con la sensación de que esto sí que era fútbol.
Haaland y más de lo mismo
Si alguno cree que poco se había hablado de Haaland hasta ahora, que se quede tranquilo. Y es que ni tres minutos tardó el 'crack' del Borussia en poner el 2-2 en el marcador. Firmó un golazo en un error de Upamecano, que se empeñó en discutirle a Hummels el premio de peor defensa de la tarde-noche.
Haaland recibió en el área, escorado a la izquierda, y mandó la bola con un preciso toque al palo largo, al cual besó la misma antes de alojarse en la portería del Bayern.
El ritmo no decayó, aunque sí el acierto ofensivo. Kobel salvó alguna buena ocasión de los visitantes, mientras que a Haaland le sacaron un remate casi bajo palos. Tras otra buena ración de electricidad, llegó un susto que sí hizo que bajase la euforia.
Brandt tuvo que retirarse en camilla tras caer insconsciente al suelo por un golpe con Upamecano, aunque, por suerte, recuperó la consciencia mientras abandonaba el césped. En su lugar, entró un Wolf que casi marca en su primer balón. Su tiro desde la frontal dio en Lucas, al que le hizo daño en el tobillo. Tuvo que salir lesionado el defensa del Bayern.
Cuando todo parecía indicar que el 2-2 sería eterno, una mano inocente de Hummels al intentar despejar de cabeza resolvió el encuentro. Lewandowski no falló y firmó su doblete días después de quedarse sin para la que muchos era una corona merecida, el Balón de Oro.
El Borussia intentó, con más intención que herramientas, encontrar un empate que rozó en una tijera de Malen y un disparo del propio neerlandés en el amplio añadido, que fue de diez minutos. Aunque el que pudo marcar uno más fue el Bayern: Tolisso falló inexplicablemente sin portero, ya que este había subido a un córner, y tiró fuera como guinda a un encuentro que debería hacer que el resto se replantee si de verdad pertenecen al mismo deporte.