El Barcelona de Ronald Koeman repitió imagen y sensaciones en relación a su último viaje de Champions. Los azulgranas, ya clasificados, estuvieron como en Kiev y se impusieron a un Ferencvaros que, pese a caer por menor diferencia de goles, dejó peores sensaciones que en el Camp Nou.
Los azulgranas mantuvieron el buen tono de los últimos diez días. A pesar de lo poco que había en juego, el once de Koeman fue bastante reconocible. El técnico repitió también el plan de Ucrania, solo que, en Budapest, los suyos estuvieron más certeros en ataque y sentenciaron el partido mucho antes.
Los 'culés' ganaban por 0-3 antes de la media hora y parecía que la goleada podía ser de escándalo, pues sus ocasiones eran muy claras, pero el Barça echó el freno y no quiso hacer más sangre. En la última jornada, en la que parece que podrá darse por fin el duelo entre Cristiano y Messi, a los de Koeman les vale incluso con perder por un gol para pasar como primeros.
Autopista en la banda izquierda
De vuelta al comienzo, Dembélé, Griezmann y Jordi Alba exhibieron galones desde muy pronto. En ausencia de Messi, la banda izquierda del ataque azulgrana se convirtió en una autopista para el Barcelona. El lateral profundizó tras una buena combinación con Dembélé y le regaló a Griezmann el primero. Antoine, en estado de gracia desde la entrevista con Valdan , le puso su sello con un fantástico remate de tacón.
El Barça estuvo cerca de repetir la acción muy poco después. Dembélé cedió para Jordi Alba y este la puso al corazón del área, pero quien apareció para rematar fue un Trincao demasiado obsesionado con estrenarse y al que Griezmann parece haberle trasladado su presión.
Las facilidades que el equipo azulgrana encontraba por ese costado eran enormes y Jordi Alba y Dembélé alternaron los papeles. Esta vez fue el galo el que centró y Braithwaite metió la puntera para poner el 0-2. Tercera llegada idéntica y segundo gol.
El encuentro de Dembélé estaba siendo espectacular y Braithwaite tuvo un gesto con él. El danés generó un penalti con su velocidad y el galo, que subió la exigencia en la segunda parte y acabó como capitán, engañó a Dibusz para hacer el tercero.
Dos nuevas ocasiones de Braithwaite pusieron la guinda a la primera parte, tras la que entraron, como en Kiev, dos hombres de refresco. Salieron dos titulares como Busquets y Jordi Alba y hubo minutos para De Jong y Junior.
Siempre Ousmane
El ritmo del partido decreció, con el Barça ya con el trabajo hecho y con la cabeza puesta en el apretado mes que se le viene por delante. A los azulgranas solo les sacaba del letargo Dembélé. El galo hizo un jugadón digno de Maradona y solo falló en la definición tras irse de varios rivales por fuerza y potencia. Luego, repitió acción con algo menos de clase y el mismo resultado.
Los últimos minutos sirvieron para confirmar que Trincao está de veras atenazado. Dembélé, sí, otra vez, le regaló más de medio gol tras otro buen desmarque, pero el luso quiso buscar el golpeo de primeras cuando tenía todo el tiempo del mundo y se le fue fuera. El altruismo del galo volvió a quedar patente en una de las últimas acciones del choque, esta vez con Riqui Puig como coprotagonista, a quien ni le llegó la devolución del ex del Borussia cuando Dembélé lo tenía fácil para hacer el cuarto.
Y entretanto, el Ferencvaros prácticamente solo se defendió. Tanto los húngaros como el Dinamo de Kiev dimitieron en esta quinta jornada y se jugarán la continuidad en Europa en la última. Prácticametne lo mismo que Barça y Juve, quienes lucharán por el codiciado premio de pasar como primero de grupo con gran ventaja para los de Koeman, inmaculados y los mejores de Europa en lo que va de Champions.