El Barcelona Femenino, tal y como hizo el cuadro de Xavi Hernández hace justo una semana, se proclamó campeón de la Supercopa de España. Las azulgranas se impusieron a la Real Sociedad en la gran final por un abultado 0-3 y levantaron el título de la Supercopa Femenina por tercera vez en su historia.
Fue Marta Torrejón, capitana del Barça en ausencia de una Alexia Putellas que sigue de baja por lesión, la encargada de subir al palco de honor donde se encontraban todas las autoridades, entre ellas Luis Rubiales, presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), para recoger el prestigioso trofeo, levantarlo, con el aplauso de todo el estadio de fondo, y llevárselo a sus compañeras que la esperaban a pie de campo. Ya de vuelta sobre el terreno de juego, Marta se unió al resto de la plantilla 'culé' para alzar el trofeo y celebrar el primer título del año 2023.
Hasta aquí, todo bien. Pero lo que ha indignado a la afición en las redes sociales ha sido el momento de la entrega de las medallas, momento en el que tanto las jugadoras del conjunto 'txuri-urdin' como las futbolistas azulgranas han tenido que recoger ellas mismas sus propias medallas.
El enfado generalizado en Twitter es lógico y razonable, dado que hace tan solo una semana pudimos ver cómo el propio Rubiales era uno de los encargados de colocarle una a una las medallas en el cuello a cada jugador del Barcelona y del Real Madrid. Pero, pese a ser el mismo trofeo, nadie de la RFEF pudo bajar al césped para entregarle las medallas a las futbolistas.
January 22, 2023
Uno de los medios que ha publicado el vídeo del vergonzoso momento ha sido 'Tiempo de Juego', que ha recibido la respuesta de la RFEF para explicar lo sucedido: "El protocolo es el mismo que el de la Copa del Rey: La copa se entrega en el palco y las medallas se entregan al delegado del campeón que, habitualmente, las entrega en el vestuario".
January 22, 2023
Pero, claro, atendiendo a las imágenes de hace tan solo una semana en el estadio King Fahd de Riad, la indignación de la afición no ha hecho más que aumentar con esta incomprensible respuesta de la RFEF.