Con un par. De goles, uno válido y otro anulado, y de lo que no son goles. Porque Inglaterra luchó por un liderato que le cruzará en el camino con el segundo del temible 'grupo de la muerte'. Pero el factor Wembley también pesó.
No solo en el partido, sino en el calendario. Y es que acabar primero aseguraba a los de Southgate medirse a Francia, Alemania, Portugal o Hungría ante su público. Y ha podido más hecho de jugar en casa que el miedo a un 'coco'.
Dejó mejor imagen el combinado de Southgate que en los anteriores partidos, aunque República Checa, que no tenía que elegir entre rival o estadio, pareció sí temerle más al Grupo F. Aunque esto se palpó más en la segunda mitad, porque rozó el empate en la primera en un par de buenas ocasiones.
Con cuatro cambios en el once, los 'Three Lions' se adelantaron en el marcador a los 12 minutos tras un buen arranque de partido. Pudo llegar antes el gol de hecho, pero la vaselina de Sterling fue repelida por el poste en el 2'. Poco después, Grealish, una de las novedades, templó un balón con gran calidad para la cabeza del jugador del City. Este, a puerta vacía, hizo el 0-1.
Kane, uno de los señalados hasta ahora, tampoco tuvo esta vez su noche. En el 25', llegó la mejor para el 'spur'. Se plantó en el área, recortó hábilmente a Kalas y remató con la derecha, pero Vaclík aguantó y, con la mano izquierda, evitó el primer gol del torneo para el '9'.
Esto espoleó a los checos, que vivieron sus mejores minutos del partido. Holes se sacó un zapatazo desde la frontal ante el que voló Pickford para alejar el empate. Fue el inicio del dominio de una República Checa que, en ese momento, pasaba como segunda.
Soucek mandó fuera un balón muerto en el área que no fue gol de milagro. Tras buenas combinaciones y posesiones en campo contrario, esa ocasión que el ocaso de la mejor cara de los Schick (desparecido hoy), Jankto, Soucek y cía.
Llegó el descanso con una Inglaterra bien plantada y un rival que se desinfló en los minutos finales. Y el aire ya apenas le llegaría a un combinado que, con la posterior victoria de Croacia por 3-1 en Escocia, se tuvo que conformar con la tercera plaza.
Debut de Sancho, gol anulado y poco más
El segundo tiempo fue bastante descafeinado en Wembley. Apenas se vieron ocasiones en unos segundos 45 minutos en los que el debut de Sancho (al fin) en la Eurocopa y la amarilla que vio Boril, con la que se pierde los octavos, fueron los acontecimientos más destacados.
Precisamente el checo fue autor de una de las jugadas polémicas del encuentro. Maguire, otra de las novedades, cayó en el área tras un empujón que le habría costado la expulsión. Pero el colegiado entendió que no fue suficiente para señalar penalti.
Jaroslav Silhavy guardó a varias de sus figuras con los cambios. No se asomó a la meta de Pickford con peligro más allá de un disparo de Pekhart desde la frontal ya en la recta final. Quizás los ojos estaban más puestos en el Croacia-Escocia que en Wembley.
En los últimos minutos llegaría un segundo tanto para Inglaterra. Henderson, que entró en la segunda mitad, recogió un balón en el área chica y batió a Vaclík. Pero estaba en claro fuera de juego y el VAR revisó un posible toque previo de un rival, pero fue finalmente Bellingham. que tuvo algunos minutos, el que había asistido a su compañero.
Al final, Inglaterra se dejó de cálculos y cábalas y amarró un liderato al que parecía obligado moralmente. Con él, se mete en la boca del lobo. Pero nunca se ha visto que los 'Three Lions', con todas sus circunstancias, vayan con miedo por la vida. Y mucho menos por el fútbol, algo que aún cree que les pertenece casi en exclusividad.