Si la revolución industrial comenzó en las islas británicas es por una razón. Siempre ha destacado por ser una gran tierra de inventores. No en vano artilugios como la locomotora de vapor o ideas como el divorcio tuvieron su nacimiento allí.
Mirando a un pasado más reciente, bueno, hace unos 150 años más o menos, encontramos uno de los mayores y mejores inventos que los hijos de la Gran Bretaña han legado a la humanidad: el fútbol.
Fútbol, 'football', balompié o 'soccer', lo que empezó siendo un pasatiempo se ha convertido en un idioma universal, que entiende todo el mundo pero que muy pocos llegan a dominar con finura.
Como es normal, los creadores tienen un gran aprecio a su obra. Es por ello que, cada vez que se sienten amenazados de perderla, sacan sus garras para recuperarla. Y, tras esta Champions, los ingleses han vuelto a hacerse con la patente de ese deporte que ellos inventaron.
Hubo épocas en los que ideas nuevas acecharon en las sombras, incluso algunas llegaron a imponerse. Brasil ha sido siempre una de las mayores 'amenazas' a su creación, con un estilo desenfadado y vistoso.
Más tarde, Holanda sentó las bases de una cierta armonía mecánica que se fue perfeccionando a lo largo de los años hasta desembocar, en cierto modo, en el 'tiki taka' que llevó a España hasta la cumbre entre 2008 y 2012.
Pero los ingleses se han cansado y han mandado a dos de sus equipos más prácticos a recuperar lo que les pertenece. A rescatar aquella creación a base de garra y pundonor.
Aunque no ha sido solo la labor de Liverpool y Tottenham. Desde hacía más de 30 años no se veía a cuatro equipos ingleses en las semifinales de las dos principales competiciones continentales. En 1984 'reds' y 'spurs' compartieron escenario con Manchester United y Nottingham Forest.
En esta ocasión Chelsea y Arsenal se han infiltrado en lugar de United y Forest. Un golpe sobre la mesa para volver a recuperar la soberanía sobre su invento. Sobre su fútbol.